miércoles, 26 de diciembre de 2007

SHOCK ANAFILACTICO


La anafilaxia es una reacción alérgica aguda, generalizada, potencialmente grave y en ocasiones mortal que se produce en personas que han sido previamente sensibilizadas mediante la exposición a un alergeno y que entran en contacto directo con el mismo alergeno una vez más.
La anafilaxia puede estar causada por un alergeno. Los más frecuentes son los medicamentos, las picaduras de insectos, ciertos alimentos y las inyecciones de inmunoterapia alergénica. La anafilaxia no ocurre en la primera exposición a un alergeno. Por ejemplo, la primera exposición a la penicilina o la primera picadura de abeja no desencadenan la anafilaxia, pero la siguiente sí puede hacerlo. De todos modos, muchas personas no recuerdan haber tenido una primera exposición.
Una reacción anafiláctica comienza cuando el alergeno entra en el flujo sanguíneo y reacciona con un anticuerpo de clase inmunoglobulina E (IgE). Esta reacción incita a las células a liberar histamina y otras sustancias que participan en las reacciones inmunes inflamatorias. Como respuesta, las vías respiratorias de los pulmones pueden cerrarse y provocar ahogo; los vasos sanguíneos pueden dilatarse y hacer que la presión arterial descienda; las paredes de los vasos sanguíneos pueden dejar escapar líquido, provocando hinchazón y urticaria. El corazón puede funcionar mal, latir de forma irregular y bombear sangre de forma inadecuada. La persona puede entrar en estado de shock.
Las reacciones anafilactoides se parecen a las anafilácticas pero pueden tener lugar después de la primera inyección de ciertos fármacos (por ejemplo polimixina, pentamidina, opioides o medios de contraste utilizados en los estudios radiológicos). En el mecanismo no participan los anticuerpos IgE y, en consecuencia, no se trata de una reacción alérgica. La aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos pueden causar reacciones anafilácticas en algunas personas, en particular, aquellas con rinitis alérgica perenne y pólipos nasales.
Síntomas
Los síntomas comienzan inmediatamente o casi siempre en las dos horas posteriores a la exposición a la sustancia perjudicial. La persona puede sentirse inquieta, estar agitada y tener palpitaciones, hormigueo, piel enrojecida y picor, palpitaciones en los oídos, tos, estornudos, urticaria, hinchazones o una mayor dificultad para respirar debido al asma o a la obstrucción de la tráquea. El colapso cardiovascular puede producirse sin síntomas respiratorios. Por lo general, un episodio incluye síntomas respiratorios o cardiovasculares, no ambos, y la persona repite el mismo cuadro de síntomas en episodios subsiguientes. No obstante, la anafilaxia puede evolucionar tan rápidamente que puede producir un colapso, convulsiones, incontinencia de la orina, inconsciencia o un ataque cerebral súbito en el término de uno o dos minutos. La anafilaxia puede ser fatal a menos que se instaure un tratamiento de emergencia de forma inmediata.
Prevención
Una persona que ha padecido anafilaxia a partir de una picadura de abeja probablemente repita la experiencia si vuelve a ser picada. Lo mismo sucede ante una repetida exposición a otros alergenos, como un medicamento. Hacer pruebas cutáneas cada vez que se deba administrar dicho medicamento no resulta práctico. Sin embargo, a las personas que tienen antecedentes de alergia al suero animal (por ejemplo, la antitoxina del tétanos procedente de caballo) o a la penicilina se las somete a pruebas antes de recibir estos productos.
La inmunoterapia alergénica prolongada evitará la anafilaxia en personas alérgicas a sustancias imposibles de evitar, como las procedentes de las picaduras de insectos. No se recurre a la inmunoterapia cuando la sustancia perjudicial puede ser evitada, como la penicilina y otros fármacos.
Sin embargo, si una persona necesita un medicamento en particular (como penicilina o una antitoxina procedente del suero de caballo), es posible llevar a cabo la desensibilización rápidamente con un control estricto en la consulta del médico o bien en un hospital.
Algunas personas tienen antecedentes de reacciones anafilácticas a los colorantes (medios de contraste) inyectados para ciertos estudios radiológicos. A pesar de que los médicos intentan evitar su uso en pacientes con estas características, algunos trastornos no se pueden diagnosticar sin ellos. En esos casos pueden utilizarse medios de contraste especiales que reducen la incidencia de las reacciones. Además, los medicamentos que bloquean las reacciones anafilácticas, como la prednisona, la difenhidramina o la efedrina, pueden ser beneficiosos si se administran antes de inyectar el contraste.
Tratamiento
El primer tratamiento para la anafilaxia es una inyección de adrenalina. Las personas alérgicas a las picaduras de insectos o a ciertos alimentos, en especial las que han tenido ya un ataque de anafilaxia, siempre deberían llevar consigo una jeringa autoinyectable de adrenalina para un tratamiento de emergencia.
Por lo general este tratamiento detiene las reacciones anafilácticas. No obstante, toda persona que tenga una reacción anafiláctica debería acudir al servicio de urgencias de un hospital a la mayor brevedad posible, porque puede ser necesario realizar un cuidadoso control de los sistemas cardiovascular y respiratorio, además de poder disponer de un tratamiento rápido y complejo.

PD:Dedicado a Maya que casi se muere por comer Llamapares(las cuales le causaron la reacción anafilactica)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy instructivo, muchas gracias. :)
Pero yo no llevaré una jeringilla en el bolso.

Ala xD
Besos :)

Anónimo dijo...

Lo tendré en cuenta,sabiendo que el mio HOme, Pablo, tiene también intolerancia a las Llámpares.Nunca le pasaron estos síntomas pero no se sabe....
Un besazo y FELIZ AÑO!!!!!

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