martes, 6 de noviembre de 2007

ACCIDENTES DOMESTICOS

El último estudio del Ministerio de Sanidad, referente al año 2002, daba cuenta de más de 1.300.000 consultas médicas por accidentes domésticos que afectaron al 3,23 por ciento de la población, es decir, al 8,82 por ciento de los hogares españoles.
Los accidentes más comunes, un 76 por ciento del total, se producen por traumatismos: cortes, laceraciones, contusiones, esguinces, fracturas,... otras causas frecuentes de accidentes domésticos son las quemaduras, las intoxicaciones, los agotamientos, los golpes de calor, las electrocuciones o los ahogamientos.
Niños y ancianos son, una vez más, los grupos de riesgo, los más propensos estadísticamente a padecer accidentes domésticos. Los datos también revelan que son más frecuentes en mujeres, y que suelen suceder por las mañanas y, sobre todo, en las cocinas y los baños.
Sangra la nariz, ¿echamos la cabeza para atrás?
Es un error muy extendido y peligroso, ya que si el sangrado es abundante puede provocar problemas respiratorios.
En lugar de echar la cabeza para atrás lo que debemos hacer para conseguir frenar la hemorragia es precisamente todo lo contrario, inclinar la cabeza hacia adelante y, eso sí, taponar cuanto antes la nariz.
Quemadura en la cocina
Nunca se deberán aplicar sobre la quemadura pomadas, aceites, algodón o pasta dentífrica, tal como predican algunos remedios caseros.
Por el contrario, la medida más adecuada en casos de quemaduras con agua, aceite o por contacto con algún cuerpo muy caliente es siempre la aplicación de abundante agua fría.
Con ello conseguimos que la zona recupere su temperatura normal y no dañar los tejidos afectados,da muy buen resultado para evitar infecciones y favorecer la cicatrizacion, la aplicacion de la clara del huevo(la cual se emplea en muchas vacunas)
Una vez superados los primeros momentos tras el accidente, lo adecuado es acudir a un especialista sanitario, ya sea un farmacéutico o un especialista médico que podría recetar una pomada especial para quemaduras.
Electrocución
Cables pelados, aparatos eléctricos en mal estado, enchufes al alcance de los niños... todos estos elementos pueden provocar un accidente por electrocución.
Este tipo de incidentes pueden revestir muy distinta gravedad, desde la clásica descarga sin importancia hasta episodios realmente graves con lesiones de órganos internos o incluso una parada cardiaca.
Lo mejor para eludir estas consecuencias es sin duda la prevención, evitar situaciones de riesgo como caminar descalzo y con los pies o el suelo mojados, no tener aparatos eléctricos en los cuartos de baño, mantener alejados de los niños las tijeras, alambres o atornilladores que les permitirían acceder a los enchufes y comprobar que los aparatos eléctricos que utilicemos cumplen las normativas vigentes, que garantizan su seguridad.
En caso de presenciar el accidente, la medida más inmediata es eliminar la fuente de la electrocución, pero siempre tomando las precauciones adecuadas, pues de lo contrario la corriente podría pasar también al cuerpo del supuesto salvador y terminar también éste afectado por la misma. Es necesario utilizar siempre un aislante para retirar al accidentado de la fuente eléctrica.
Atragantamiento ¿golpes en la espalda?
El clásico golpe en las espalda puede ayudar al atragantado, aunque sólo en los casos más leves, y siempre con cuidado de no provocar daño. Sin embargo, la acción más indicada en estas ocasiones es aplicar la conocida "maniobra de Heimlich", un golpe seco propinado con las manos justo debajo del esternón mientras se rodea al sujeto con los brazos desde atrás. Este movimiento levanta el diafragma e impulsa el aire de los pulmones hacia afuera, empujando y expulsando el cuerpo extraño. En otros casos, bastará con abrir la boca del atragantado y extraer el objeto que provoque la obstrucción.
Picaduras de insectos
No suelen ser situaciones graves, ya que el único riesgo reside en que el afectado por la picadura padezca hipersensibilidad o algún tipo de alergia al veneno, lo que puede provocar episodios de hipotensión. Una vez superado el episodio agudo, se estudia el caso concreto del paciente en el servicio de alergología y se le provee de adrenalina precargada para paliar los efectos de una eventual nueva picadura.
En los casos en los que el afectado no sea alérgico a las picaduras bastará con la aplicación inmediata de frío en la zona en la que actuó el insecto, normalmente abejas o avispas. Sólo en el caso de que la hinchazón sea muy extensa y produzca dolor se debe acudir al médico para recibir un tratamiento que disminuya esa sobreinflamación y esos síntomas. Es posible también que la picadura se infecte, para lo cual también hay un tratamiento específico indicado para evitar su agravamiento.

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